Y yo sigo aquí, luchando con los medios y el tiempo que me ha sido otorgado. Intentando llevar lo mejor posible todas estas ideas para que lleguen a buen puerto. Sintiendo ráfagas de viento y sujetando fuerte el timón.
Esa sensación de que le debes un beso a alguien. Aunque en realidad te lo debes a ti misma. O te lo deben.
Esa sensación que me invade desde aquella despedida en la estación.
Por todas esas despedidas que no deberían existir.
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