martes, 19 de febrero de 2013

Cuaderno de dos.

En la famosa librería Strand de Nueva York, camuflado entre los libros de Salinger, hay un cuaderno rojo que contiene instruccio­nes y desafíos para quien se atreva a abrirlo.

Dash odia la Navidad. Sus padres no se hablan desde que se divorciaron, ocho años atrás, así que no le resulta difícil convencerles de que pasará las fiestas con el otro proge­nitor. Ambos hacen planes para irse de vacaciones con sus respectivos amantes, de modo que Dash se que­da solo, tranquilo y feliz, en Nueva York. ¿Y qué es lo primero que hace esas vacaciones? Ir a su librería favorita a pasar el rato.

Los padres de Lily se casaron en Navidad y este año han decidido celebrar sus bodas de plata con una escapada romántica a Fiji. Es la época del año favori­ta de Lily y la perspectiva de pasarla sola le parece deprimente. Sí, vale, su hermano mayor, Langston, se queda con ella, pero tie­ne intención de pasar todo el tiempo con su novio. Y por lo que respecta al resto de sus numerosos familiares… sería mejor que la olvidaran, porque con eso de que es la nieta menor no hacen más que protegerla, mante­niendo a raya a todos los chicos del vecinda­rio. Así que Langston convence a Lily para que deje un cuaderno con pistas en una librería lejos de su barrio y de la burbuja protectora de su familia. Un cuaderno con pistas friquis que atraigan la atención de un chico tan raro como ella y la mantengan ocupada en esta Navidad que promete ser tan solitaria.




Quiero ese libro. ¿Quién me lo regala?

Se llama Cuaderno de dos, como se puede deducir del título de la entrada, y pinta muy bien. 

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