jueves, 26 de mayo de 2011

A veces me siento tonta. Más de lo normal incluso.



Después de una gran mañana el cielo oscurece. Empieza la lluvia. El día se ha hecho noche. Todo es oscuridad. Se avecina una gran tormenta. Tormenta eléctrica. Agua a raudales. Y mi habitación se hace pequeña.
Y es así durante un tiempo. Para luego, cuando ya no esperas nada, cuando has sucumbido a la oscuridad, un rayo de sol aparece. La claridad se va abriendo paso a través de las nubes. Todo se agranda. Todo se ve diferente.



Esto podría interpretarse de muchas maneras. No es más que una descripción de lo que pasó ayer en Mieres.
Aunque también es cierto que mi alma se sintió así en algún momento de la vida.





- GEO.

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